Por Jorge García
Pastor Evangelismo
Mucho más que 19 años
En setiembre de 1996, los Grupos de Oración marcaron el inicio de una nueva historia en el CCNV.
En esa etapa, Dios nos mostró las calles, y nos envió a ocupar el territorio que Él nos había entregado. Desde ese momento, con mucha fuerza y entusiasmo, la cosechadora se puso en marcha.
Se abrieron las puertas de las casas, clubes y espacios comunes donde el anfitrión (responsable del lugar) invitaba a sus vecinos, amigos, conocidos, en general a la gente que tuviera dificultades de salud, familiares o económicas para pedir juntos que Dios interviniera.
Muchos comenzaron a llegar y fueron testimonios concretos de milagros e inicio de nuevas vidas. Esas respuestas fueron y son el capital que en lo cotidiano, nos anima a perseverar ante las diferentes batallas y desánimos, impulsándonos a seguir con las metas que tenemos por delante.
Con la tarea de los Grupos de Oración afectamos a toda nuestra comunidad extendiéndola. Llegamos a niños, adolescentes, jóvenes y adultos, con actividades adaptadas a cada necesidad.
La reunión es de una hora y además muy dinámica. El líder, enviado por la iglesia, se encarga de hacer que todo se desarrolle en orden y respeto para bendecir a todos.
Esta tarea también ha incentivado a muchos pastores que pudieron aportar en la necesidad de la gente de una manera diferente, desarrollando la solidaridad y nuevas oportunidades para que las personas sean salvas y contenidas.
Hoy, seguimos sosteniendo y abriendo Grupos de Oración (GO) con la misma pasión del principio porque vemos las respuestas que el amor de Dios tiene siempre.
Además, con el desarrollo de esta tarea se dio apertura a lugares de reuniones (templos) en diferentes municipios del Gran Buenos Aires, en el interior del país y también en el exterior.
El propósito que nos empujó siempre fue: predicar el Evangelio de la Gracia, rompiendo estructuras y tradiciones que imponen condiciones para buscar o recibir algo.
Oír el latido del corazón de Jesús, que nos dice que ninguno se pierda, que todos se salven, nos da la fuerza para continuar y vencer cada desafío que se presenta.
En medio de tiempos apocalípticos, vemos la necesidad fundamental de marcar la diferencia. En un mundo que se levanta cada día más hostil y violento queremos mostrar que todo se puede modificar si el hombre cambia su corazón, si recibe un mensaje esperanzador que libera del dolor y proyecta a un nuevo destino.
Es tiempo también de ser solidarios con la contención social, la ayuda que intenta aliviar las urgencias (inundaciones, incendios, alimentos, educación, contención, prevención) pero sobre todo de ir a los afligidos, amargados y cautivos para presentarles la Revolución de la Gracia.
Nos anima tener promesas de multiplicación y avivamiento: Dice la Biblia: “los que hoy no son pueblo de Dios pronto serán llamados sus hijos”, y será “cosa tremenda lo que Dios hará con nosotros y todos lo verán, aún en medio de las dificultades”.
¡Oremos y aportemos, cada uno desde su lugar para procurar vivir en justicia, confiando en SU palabra de que estará todos los días con nosotros hasta el fin!
Creemos que cada circunstancia adversa puede cambiar, si juntos alumbramos en la oscuridad, si con Jesús liberamos a la gente de las tinieblas, y si encendemos ese fuego que arde en los corazones cuando abrimos una casa o un lugar para convertirse en un refugio de oración y milagros.
¡Queda mucho por delante y por hacer, la cosechadora no se detiene y vamos por mucho mas!
Comunicate 4911-0942
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