La tarea realizada en la sala de tuberculosis del Hospital Muñiz, por el Ministerio de Hopitales del CCNV, demuestra una vez más, que con la paciencia y el amor de Dios, todo es posible
En la llamada sala Koch (tuberculosis) hay mujeres internadas, cuyas situaciones vividas, pasadas y presentes, interferían en su capacidad de relacionarse, tanto entre ellas como con el ámbito exterior al hospital. La Sala “Koch”es una sala especial donde tienen un tiempo de internación prolongado y mucho tiempo libre.
Allí, un grupo de integrantes del ministerio de hospitales del Centro Cristiano Nueva Vida, realizan talleres. La intención es capacitarlas en distintas actividades para que puedan tener una salida laboral luego de su internación.
Muy de a poco, cada sábado, (día de la actividad) diferentes mujeres se fueron involucrando, hasta cambiar la incomunicación en conocimiento de vidas y situaciones por las que atravesaron.
“Ahora podemos decir que con la paciencia y el amor de Dios todo es posible y que los sábados, de a poco, se suman a cada una de las tareas”. “De esta manera podemos conocer conocerlas y llegar a estas mujeres, desde otro lugar, evangelizar de una manera diferente” dice Monica Hernandez, coordinadora del equipo.
Esther, una de las pacientes, tuvo miles de situaciones difíciles en su vida, los talleres dieron la posiblidad de escucharla hablar de su familia, sus nietos, pedía oración por ellos. un sábado, que armaban tiras de corpiños, contó que esa semana, le daban de alta: “Mi paso por el hospital no fue en vano, me reconcilié con Dios y gracias a los talleres encontré la salida laboral que tanto le pedía” dijo al equipo de voluntarias que estaban con ella y agregó que hablaría con su marido para poder realizar su emprendimiento.
“Estas son las cosas que nos dan ganas de seguir día a día. Hay mucho por hacer y hay ganas de hacerlo” expresa Mónica, que junto a un gran equipo milita la buena tarea, esencia del CCNV, que aconseja Pablo desde la Biblia.
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