Mía, nació con un daño neurológico muy grave, nos quedamos cerca…y el amor de Dios, que todo lo puede, obró de una manera maravillosa.
Mía vive con su mamá, María, en la Unidad 33 de Los Hornos, en La Plata, del Servicio Penitenciario Bonaerense de mujeres y madres. Asistimos a esta unidad, como Ministerio de Puertas Abiertas del Centro Cristiano Nueva Vida, hace 10 años
Conocimos a Maria en el Sum (espacio físico que se utiliza para recibir las visitas y también se transforma en templo los sábados a las 15 Horas. Era una mujer distante, desconfiada, no permitía que nos acercáramos, pero nos quedamos cerca y llego el día, finalmente, en que nos encontramos en el amor de Dios, que todo lo puede.
Desconsolada y confundida Maria, conto el diagnostico que le dio el pediatra de Mia, había nacido con un daño neurológico muy avanzado, no podría caminar, ni hablar, tenía sus ojos desviados, jamás podría comer sola, y con el transcurso del tiempo quedaría totalmente postrada.
Siempre tenemos que sumar a esta realidad las limitaciones de estar en la cárcel con su beba.
Ese día, el del encuentro, nos permitió abrazarla, acompañarla y comenzamos a orar alineadas en la Palabra profética, “ ir contra todo pronóstico”.
Poco a poco, Mía comenzó a evolucionar sorprendiendo a su pediatra, maravillado por los avances de beba y prestó mucho interés en el caso.
El 06 de diciembre del 2014 el pastor Guillermo Prein estuvo ministrando en la U33, y al finalizar, oró por todas las internas y sus hijos, allí estaba Mia.
A partir de ese día, su mejoría se precipitó, su vitalidad es ya la de una niña normal, tanto es así, que inquieta se cayó de su cama. Al culto siguiente Mia vino caminando no necesitaba ya de su carrito.
Todavia el milagro no esta completo pero Dios no deja de sorprendernos semana tras semana.
Mia cumplió 2 años, sus ojos son normales, come sola, camina y su madre nos dice “es la primera vez que tengo esperanza