En la Biblia podemos ver a un poderoso, valiente, hombre de fe usado por Dios, Elias.
En un momento de su vida, Elias tuvo miedo porque recibió una terrible amenaza.
Y aquel hombre de fe usado por Dios, se deprimió, entro en amargura, al punto que deseo morir.
¿Alguna vez te sentiste así? ¿Cuantas veces nos dormimos en amargura deseando olvidar lo que nos sucede, escondiéndonos, escapando?
La Bilbia nos habla: “…En el mundo tendrás aflicción…” pero también nos dice que Él venció al mundo.
Tenemos la victoria, pero en medio de las situaciones difíciles no cuesta creer que Dios esta en el asunto.
Dios le recuerda su poder a Elias.
Dentro de la cueva, Dios le hace ver poderosos viento, terremoto, fuego, pero cuando quiere hablarle envía su silbo apacible.
Dios es paz. Le hablo en paz.
Elias temió, creyó que estaba solo, pero Dios le dice que había 7 mil hombres que no habían doblegado sus rodillas.
No estamos solos, debemos pedirle a Dios que amplíe nuestra visión.
La palabra dice que el pueblo pereció por falta de conocimiento, no de sentimiento.
El error de muchos cristianos es que viven por lo que sienten y si se sienten mal, olvidan quien es Dios.
Si hay opresión debemos reprender, la autoridad es de Jesús, el diablo huye.
Dios nos abraza con su silbo apacible que nos da seguridad, confianza, esperanza, el esta de nuestro lado, no nos abandona, Él nos da la victoria.
Oye tu voz y levántate, predica ministrada en Marzo 1996 en el #CCNVParquePatricios